En la industria de alimentos y bebidas, la desinfección de las áreas de producción es fundamental y se realiza como mínimo una vez al día. Algunas zonas utilizan limpieza in situ, también conocida como limpieza CIP (Clean In Place), un proceso donde se emplean químicos y alta presión para eliminar residuos y garantizar condiciones sanitarias óptimas.
En estas instalaciones, el diseño sanitario juega un papel crucial en la seguridad y eficiencia operativa. Una correcta implementación de soluciones de protección higiénicas reduce el riesgo de fallos en los controles eléctricos, evita interrupciones en la producción y minimiza peligros en el entorno de trabajo. Pasar por alto estos aspectos puede comprometer la inocuidad de los productos, la salud pública y el cumplimiento de regulaciones en la industria.